Maria Antonia Ramirez Rubio

A María le sobreviven su esposo, hijos, nietos y bisnietos, junto con muchos miembros de la familia extendida y queridos amigos que fueron bendecidos de conocerla. Ella era el corazón de su familia, dedicando su vida a cuidar a los demás y nunca perdía la oportunidad de apoyar, alentar o celebrar a aquellos que amaba.

Como madre devota, María dio sin cesar de sí misma, siempre poniendo las necesidades de sus hijos por encima de las suyas. Como abuela y bisabuela, conmovió a múltiples generaciones con su sabiduría, calidez y amor incondicional. Encontró alegría en los placeres simples de la vida: reuniones familiares, comidas compartidas, risas en la cocina y tiempo que pasaba con sus seres queridos.

Aunque nuestros corazones están pesados, nos consuela saber que el amor de María permanecerá con nosotros siempre. La echaremos mucho de menos y la apreciamos para siempre.

Maria is survived by her husband, children, grandchildren, and great-grandchildren, along with many extended family members and dear friends who were blessed to know her. She was the heart of her family, dedicating her life to caring for others and never missing an opportunity to support, encourage, or celebrate those she loved.

As a devoted mother, Maria gave endlessly of herself, always placing her children’s needs above her own. As a grandmother and great-grandmother, she touched multiple generations with her wisdom, warmth, and unconditional love. She found joy in life’s simple pleasures—family gatherings, shared meals, laughter in the kitchen, and time spent with her loved ones.

Though our hearts are heavy, we take comfort in knowing that Maria’s love will remain with us always. She will be deeply missed and forever cherished.