Juan Manuel fue un hombre lleno de vida, siempre con una sonrisa en el rostro y una broma en los labios. Disfrutaba hacer reír a su familia y amigos, y su alegría era contagiosa. Fue un trabajador incansable, siempre esforzándose por brindar lo mejor a su familia, a quienes amaba profundamente.
Le sobreviven su amada esposa Alicia Ramírez, sus hijos Sylvia Ramírez, Rosa Ramírez y Juan Ramírez Jr., así como su querido nieto Johnny Soto, con quien compartió innumerables momentos llenos de amor y alegría. Le precede en la muerte su hija Araceli Ramírez, a quien siempre llevó en el corazón.
Desde joven, Juan Manuel amó cantar, bailar y viajar, disfrutando de cada etapa de la vida con entusiasmo. Fue un católico devoto, fiel a su patrona, Nuestra Señora de Guadalupe, y siempre encontró fuerza en su fe.
El amor por su familia fue el motor de su vida. Disfrutaba cada instante compartido con sus seres queridos, especialmente con su único nieto, a quien adoraba profundamente.
Quienes tuvieron el privilegio de conocerlo y compartir con él, lo recordarán por su calidez, su sentido del humor y su gran corazón. Su ausencia deja un vacío inmenso, pero su memoria vivirá por siempre en nuestros corazones.
Juan Manuel Ramírez será extrañado profundamente, pero jamás olvidado. Que descanse en paz.