

Javier era un muchacho alegre, trabajador que tenía un gran corazón, si el veía que alguien necesitaba ayuda siempre lo hacía sin ningún interés, daba lo que podía. El nació en un sanatorio privado de la Colonia Agrícola Oriental en la Ciudad de México. Javier creció en Nezahualcóyotl estado de México a lado de su mama Claudia Elvia Romero Gómez y sus tres hermanos Ricardo, Coral, y Joel. A los 16 años vino a los Estados Unidos con sus tres hermanos, como él era el hermano mayor sentía la necesidad de proteger a sus hermanos, desde muy chico cuando vivía en la Ciudad de México le ayudaba a su mama con cuidar a sus hermanitos cuando ella trabajaba en la costura. Desgraciadamente Javier creció sin su papa, por eso desde muy jovencito trabajo para ayudar con los gastos de la casa y por ese motivo no pudo hacer una carrera profesional, pero aun así siempre le gusto trabajar.
Cuando llego a los Estados Unidos aprendió a trabajar como pintor con un muchacho que se llama Jaime. Después trabajo con su padrastro Gustavo en el car wash y su último empleo fue en una compañía de químicos en el cual lo apreciaban mucho. Antes de venir a los Estados Unidos trabajo con su papa, Francisco y aprendió a fabricar muebles de madera. A Javier siempre le gustaba comer en la casa, la comida de la calle casi no le gustaba solo si era necesario, y cuando se trataba de salir a pasear el prefería salir a lugares al aire libre como por ejemplo un rio o algún lugar en la montaña o en cualquier lugar del campo. Una de las cosas que formo gran parte de su vida era la música, le gustaba mucho escuchar y sobre todo bailar música de rock; sus grupos preferidos eran; Iron Maiden, Pantera, ZZ Top, Led Zeppelin, The Doors, Rolling Stones, The Beatles, AC/DC, Eagles, Aerosmith, Scorpions, Guns N’ Roses, Creedence, Kiss, Ramones, Mago de Oz, El Tri y música de Oldies entre otros más como el blues.
De niño le gustaba jugar con carritos, al igual que con juguetes que se les daba cuerda, andar en su triciclo y después en su avalancha que compartía con sus hermanos. También le gustaba volar papalotes y escuchar canciones infantiles de Cepillin. Después cuando era un joven le gustaba jugar al ajedrez, el turista, leer libros cómicos, y sobre todo andar en bicicleta.
Javier fue bautizado a un año de edad en la Catedral de la Ciudad de México y sus padrinos fueron Pablo y Noemi. Hizo su primera comunión junto a su hermano Ricardo a los 14 años de edad en la iglesia católica de México. Sus padrinos fueron Juana y José Luis. Posterior mente se graduó de la secundaria técnica #58 a los 15 años en la ciudad de México. El quería estudiar dibujo sobre diseño que después podría servirle para ser un buen carpintero. De hecho, su clase favorita era dibujo técnico. Algunos de sus amigos que Javier tuvo en el transcurso de su vida fueron Gerardo alias el chistin, chistin que conoció en la primaria y Jaime. Sus vacaciones favoritas que más disfruto fue el paseo a Puente de Ixtla en el Estado de Morelos con su mama hermanos y tíos. También creció a lado de sus dos mascotas con las cuales jugaba mucho, una de ellas era el Pack y la querida Daisy. Los cuales fueron su compañía durante muchos años. Después de adulto sus pasatiempos favoritos eran jugar al frontón, andar en bicicleta y correr lo cual así entreno con mucha dedicación para correr el Maratón de Los Ángeles California en los Estados Unidos en el año 2001.
El era hijo, hermano, tio y amigo. Javier era cariñoso, gentil, y de buen corazón, amoroso y desinteresado. El no era agresivo con la gente y nunca se negaba cuando se trataba de darle una mano a alguien.
Siempre ponía a todos primero antes que a el mismo. Era tranquilo, pacífico y siempre trataba de no involucrarse en conflictos familiares. Esta cualidad siempre le ayudo a traernos armonía y comprensión y un sentido de paz a la familia constantemente. Nuestro querido y amado Javier a dejado una huella en todos nuestros corazones, una lección sublime de amor. Siempre pudimos persivir aquella calidad humana que el poseía, aquella nobleza incomparable que lo identificaba cuando se dirigía con cada uno de nosotros. Esa extraordinaria sencillez que nos transmitía al nunca pero nunca quererse sentir superior a alguno de nosotros, si no al contrarió siempre poniéndose a nuestra altura para ofrecernos un consejo o una palabra de aliento. Nunca olvidaremos su linda sonrisa que nos llenaba de ternura.
Aunque el nunca se caso, su hogar fue a lado de su mama, padrastro, mascota Princess y tres hermanos más que Dios le otorgaría; Elvita, Gustavin, y Marianita a los cuales consentía y amaba tanto como a sus primeros tres hermanos. Nunca tuvo hijos pero si toda una familia que lo apreciaba, lo comprendía, lo aceptaba y sobretodo lo amaba con toda el alma. Javier siempre vivirá en nuestros pensamientos y corazones y hacía permanecerá siempre.
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v.1.18.0