Alicia Morales

Alicia was born in Sinaloa, Mexico. At a very young age her life changed. Her father suddenly passed away, leaving his eight children orphaned of a father, and with only their mother to provide and take care of them. With pain and sorrow, their family united to help one another move forward. Alicia and her sister Christina together with their mother began working to support and care for the younger children. The daily work consisted of waking up in the early dawn and carrying lunch pail, with food prepared by her mother Petra to sell at the local factory near her home. From there she had to hurry to arrive at school on time. School was very important to Alicia, so important that it did not matter to her to have to wake up so early, to go to work and finish all her obligations at home to be able to study. She was only a little girl and was only able to complete the third grade in school, but in that time she was able to learn to write, read and do math, which would become the tools that would help her move ahead in her life.

Life continued day by day. Alicia would find fun and adventures climbing fruit trees to pick mango, oranges and blackberries to share with her family. She learned to sow dresses, learned to cook delicious meals and took care of children for nearby neighbors and friends. As the years went by Alicia and her siblings began to grow up, as an adolescent her family moved to Tijuana, Mexico. Without her knowing it, there she would meet a young man by the name of Gonzalo who with time became her greatest support, father of her children and the greatest example of unconditional love.

The affection between Gonzalo and Alicia grew with the passing of time. She admired the dedication and effort that he assumed helping her and her family move ahead, and one day they married. Their first child was a son and he was named José Guadalupe. With much grief the child passed away within a few months. It was difficult to overcome the loss of her first son, but Alicia with all her faith in God continued living and became pregnant again. This time a little girl named Martha Leticia was born. She would be the eldest of three daughters. Maricela and Rita Maria followed and all three were born in Tijuana, Mexico.

During these years Gonzalo managed to buy a property in the neighborhood of Altamira. There, he bought a house for Alicia and their children. The memories grew in abundance for years, that little house was where many families were helped one by one in the best way possible to move ahead. Little by little the immediate and extended families of Alicia and Gonzalo began to grow and moved first in with them to Tijuana from Sinaloa and later to the United States.

Martha, Maricela and Rita continued to grow up and loved their home, friends and family. But one day Gonzalo and Alicia made the decision to take a giant leap of faith and move the family to the United States.

San Diego, California was the city they chose. The year was 1972, and with all the faith in the world Alicia asked God that this move be for the best of her family. In 1975, their fourth daughter Elizabeth was born and two years later Anna Alicia the baby of the family arrived. Her family felt complete and Alicia was happy.

God above all things blessed Alicia in her life. Her faith in him helped her every step of the way in every decision she made. Her life wasn’t always easy, no ones is, but she decided to dedicate herself to share the word of God with her daughters, grandchildren and great grandchildren.

Gonzalo passed away first to be with God on October 27, 2001. Many years went by waiting for the day they would be together again. While she waited, Alicia lived in faith, loving and helping her daughters move ahead in life. Finally, after seventeen year, God called her and she reunited with Gonzalo and all of her loved ones who had passed before her on March 5, 2019.

Tears flowed on that day and the world felt a little lonelier. The memory of Alicia and Gonzalo will live on in our hearts. This is their legacy.

Alicia nació en Sinaloa, México . A una muy temprana edad su vida cambió. El padre de ella y sus siete hermanos y hermanas murió, dejando a sus hijos huérfanos de padre y con solo su madre para proveer y cuidar de ellos. Con pena y dolor se unieron en familia y se ayudaron a salir adelante.

Alicia y su hermana mayor Christiana juntas con su madre comenzaron a trabajar para mantenerse y cuidar dé los más pequeños. El trabajo diario consistía de madrugar y llevar a vender loncheras de comida preparada por su madre Petra, a vender a la fábrica cerca de su hogar. De allí, era apurarse para llegar a la escuela a tiempo. Para Alicia, sus estudios siempre fueron muy importantes. Tan importantes que no le importaba tener que trabajar tan temprano y terminar sus obligaciones caseros para estudiar. Ella sólo era una niña, y sólo logró estudiar hasta el tercer año escolar. Logró en ese tiempo aprender a escribir, leer y las matemáticas que serían sus herramientas para salir adelante con su vida.

La vida continuó día con día. Alicia encontraba diversión y aventuras subiéndose a los árboles de fruta para cortar mangos, naranjas, moras y compartirlos con su familia. Ella aprendió a coser vestidos, preparar rica comida y cuidar a niños para gente de el rancho donde vivían. Con los años fueron creciendo Alicia y sus hermanos. Como adolescente su familia se vino a Tijuana, México.

Sin ella saberlo, allí llegaría a conocer a un joven llamado Gonzalo quién con el tiempo llegó hacer su gran apoyo, padre de sus hijos y el más grande ejemplo de amor incondicional.

El cariño entre Gonzalo y Alicia fue creciendo al pasar el tiempo. Ella admiro la dedicación y esfuerzo que él asumió para ayudar a su familia y a ella a salir adelante y un día se casaron. Su primer hijo fue barón, y se llamó José Guadalupe. Con mucho pesar la criatura murió de sólo meses. Fue difícil superar la pérdida de su primer hijo, pero Alicia con toda su fe en Dios continuó su vida y salió embarazada de nuevo. Esta vez nació una niña llamada Martha Leticia. Sería la mayor de tres más hijas, Maricela y Rita Maria quiénes nacieron en Tijuana, México.

Durante estos años, Gonzalo logró comprar una propiedad en la colonia Altamira. Allí el le compró una casa a Alicia y a sus hijas. Los recuerdos abundarían con los años. Esa casita fue dónde tantos familiares fueron ayudados uno por uno de la mejor manera posible para salir adelante. Poco a poco las familias cercanas y extendida de Alicia y Gonzalo fue creciendo y mudándose primero con ellos a Tijuana de Sinaloa y después a los Estados Unidos.

Martha, Maricela y Rita fueron creciendo y adoraban su hogar, sus amistades y familia. Pero un día, Gonzalo y Alicia tomaron la decisión de tomar el gran paso de mudarse a vivir a los Estados Unidos.

San Diego, California fue la ciudad elegida. El año fue 1972 y con toda su esperanza del mundo, Alicia le pidió a Dios que todo el cambio fuera para el bien de su familia. En 1975 nació su cuarta hija, Elizabeth y dos años después la bebe de la familia Anna Alicia. Su familia se sentía completa y Alicia era feliz.

Dios sobre todas las cosas fue muy grande con Alicia en su vida. La fe en el la ayudo en cada pasó y decisión. No siempre fue fácil su vida, de nadie lo es, pero ella se dedicó a compartir la palabra de Dios con sus hijas, nietos y bisnietos. Gonzalo se le adelantó para ir con Dios el 27 de Octubre del año 2001. Pasaron muchos años esperando el día que estuvieran juntos de nuevo. Mientras esperaba, Alicia vivió en fe. Amando y ayudando a sus hijas a salir adelante con la vida. Finalmente, diecisiete años después, Dios la llamó y se reunió con Gonzalo y todos sus seres queridos que se habían adelantado el 5 de Marzo del año 2019.

Corrieron lágrimas ese día y el mundo se sintió un poquito más sólo. La memoria de Alicia y Gonzalo vivirán siempre en nuestros corazones. Este es su legado.