Lola fue una mujer llena de luz, siempre rodeada de familia, amigos y de momentos felices. Tenía una energía contagiosa y una risa que alegraba cualquier reunión. Le encantaba bailar danzón y mambo, y era conocida por decir con entusiasmo su frase favorita: “¡Goza la negra!”, recordándonos siempre disfrutar cada momento de la vida.
Fue una hermana muy querida y un pilar importante en su familia. Deja en el corazón de sus hermanos Guadalupe, Rafael, María de Jesús, Laura, Virginia, Ana, Martha, Alicia, Juan y Alejandro Guerrero, así como de sus sobrinos Alejandra Falcon, Eduardo Martínez, Alberto Martínez, Andrea Guerrero y Adriana Guerrero, y Patricia Guerrero, recuerdos llenos de amor, risas y momentos compartidos que nunca serán olvidados.
Lola deja un hermoso legado de amor, unión y alegría que vivirá por siempre en quienes tuvimos la dicha de conocerla. Su espíritu seguirá danzando en nuestros corazones, recordándonos vivir con gozo, tal como ella lo hizo.