

Allá para el 13 de diciembre de 1920, en un humilde hogar de Barranquitas, rodeado de montañas verdes y ríos cristalinos, la joven pareja formada por don Restituto Warrington y doña Petra Garay, reciben con amor a su nuevo retoño, Otilio, a quien cariñosamente le apodaron Lilo.
Desde muy joven, comenzó a interesarse por la milicia. Le apasionaba tanto, que decidió hacer de ésta su profesión. Su determinación, valentía y profesionalismo lo llevaron a alcanzar el rango de Sargento, siendo esto su mayor logro y orgullo.
Su vida estuvo rodeada de anécdotas, en donde predominaba el tema de sus famosas conquistas. Era muy seductor y picaflor... el galán del barrio. Procreó 11 hijos, quienes le motivaron a continuar trabajando arduamente en el servicio militar durante 24 largos años.
Lilo era una enciclopedia ambulante. Aunque no tuvo una gran educación formal, conocía de todo y lo que no sabía, bien se lo inventaba. Con su tono de voz inconfundible y sonoro, lograba captar la atención de quien lo escuchaba. Conversar con él se convertía en una experiencia única.
El 13 de agosto, casi 90 años después de su nacimiento, se apagó su voz. Hoy nos queda el cálido recuerdo de una vida intensa... de los momentos que con él compartimos... de sus sabios relatos... de su amor incondicional... Que Descanse en Paz, don Lilo.
¡Hasta la eternidad!
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v.1.18.0