Te conocí siendo todo lo que quería a mi lado. Un hombre trabajador, cariñoso, atento, pero más importante aún, un padre ejemplar y un ser humano bondadoso, siempre velando por el bienestar de tus seres queridos. Extendiste tus brazos y recibiste con un abrazo a mi familia, a mis hijas y mi nieto. Te amo con todo mi corazón y jamás olvidaré nuestras aventuras. Cada vez que te extrañe y me sienta triste, recordaré nuestro último beso, domingo a la media noche, como dos recién enamorados.