Maria P Batista

Maria P. Batista, querida madre, abuela y miembro entrañable de su comunidad, falleció en paz el 20 de julio de 2025, rodeada del amor de su familia. Tenía 87 años.

Nació en Jatibonico, Cuba, el 8 de agosto de 1937, siendo la menor de nueve hijos de Manuela Alvariño y Emilio Pernas. Su infancia estuvo marcada por el calor y la cercanía de una familia numerosa, valores que mantuvo a lo largo de toda su vida.

María estuvo casada con su amado esposo, Edgar Batista, durante 48 años, hasta su fallecimiento el 26 de julio de 2019. Juntos construyeron una vida basada en el amor, la fortaleza y la dedicación a la familia.

Le sobreviven su hija, Roxana Cini, y su hijo, Edgar Arturo Batista. Maria fue una abuela orgullosa y amorosa a Alex, Stephen, Alana, Edgar Isaías y Elías. También deja a los cónyuges de sus hijos: Robert, esposo de Roxana, y Kenai, esposa de Edgar, quienes fueron profundamente tocados por su ternura, sabiduría y apoyo incondicional.

El legado de Maria vive en los corazones de quienes la conocieron. Su espíritu bondadoso, su fortaleza y su amor incondicional serán recordados siempre. La extrañaremos profundamente.

Maria P. Batista, beloved mother, grandmother, and cherished member of her community, passed away peacefully on July 20, 2025, surrounded by her loving family. She was 87 years old.

Born in Jatibonico, Cuba, on August 8, 1937, Maria was the youngest of nine children born to Manuela Alvarino and Emilio Pernas. Her early life was filled with the warmth and closeness of a large family; values she carried with her throughout her life.

Maria was married to her devoted husband, Edgar Batista, for 48 wonderful years until his passing on July 26, 2019. Together, they built a life rooted in love, resilience, and family.

She is survived by her daughter, Roxana Cini, and her son, Edgar Arturo Batista. Maria was a proud and loving grandmother to Alex Stephen, Alana, Edgar Isaias, and Elias. She also leaves behind Roxana’s husband, Robert, Edgar’s wife, Kenai, all of whom were deeply touched by her kindness, wisdom, and unwavering support.

Maria’s legacy lives on in the hearts of those who knew her. Her gentle spirit, strength, and unconditional love will be remembered always. She will be dearly missed.