Reynalda Ugarte

En la plácida tarde nada común en el caluroso Texas de este martes 5 de mayo del año 2020, nuestra amada madre Reynalda Hernandez de Ugarte, dejó su cuerpo terrenal para comenzar su camino hacia la Casa de nuestro Padre. La morada de todos.

Mami Reyna llamada por toda su familia, nació en Zempoala, Hidalgo, México, una primavera de Marzo de 1935. Siendo una joven con muchas ilusiones viajó a la Ciudad de México donde trabajó a muy temprana edad siendo siempre un ejemplo de rectitud y compromiso con su trabajo.

A mediados de los años 50’s conoció a quien fuera el amor de su vida Mario Ugarte, con quien se unió en matrimonio 4 años después y con quien tuvo 9 hijos que serían su gran motor de vida.

No había mayor alegría para Mami Reyna que tener a todos sus hijos reunidos en cualquier lugar no importara donde. Cuando niños nos recibía a todos sus hijos los domingos por la mañana en la comodidad de su cama donde ella arrinconada, repartía su calor a sus críos que llegaran primero a acurrucarse con ella. Quien ganó, ganó. Hasta nuestros días, un rico taco bastaba para celebrar cualquier momento de la vida, a cualquier hora y día de la semana. Mami Reyna mostraba su inmenso amor por medio de su rica comida.

Navidad, Año Nuevo, Cumpleaños, Días de la Madres, del Padre… para ella todo, todo era motivo de celebración y el pretexto para estar juntos en familia. Con esposo, hijos, yernos, nueras y nietos formabamonos nuestras propias fiestas.

Nuestra madre siempre tuvo sabios consejos para quien se los pidiera, con el sentido común y la honestidad siempre por delante. Agradecemos tanto la libertad que nos dio a todos sus hijos para hacer con nuestra vida lo que más nos gustara. Ella siempre fue respetuosa de nuestro libre albedrío y decisiones por más descabelladas que estas fueran. Con los tropiezos que tuviéramos, mami siempre estuvo ahí sin palabras, pero siempre con los brazos abiertos para sacudirnos las heridas y ayudarnos a levantar. Siempre fue nuestro fan número uno y apoyo.

El mayor aprendizaje que nos deja a todos quienes la conocimos y tuvimos el honor y fortuna de ser sus hijos fueron el enorme compromiso que significa ser una buena madre y los principios morales para manejarnos en la vida con rectitud. Pero antes que nada y sobre todas las cosas conocimos lo que es el verdadero Amor Incondicional.

En los últimos años tuvo una gran afición por elaborar joyería, así como convivir y divertirse en tardeadas junto a sus hijas pintando cuadros en canvas. Nuestra madre, junto con nuestro padre, siempre estuvieron dispuestos a arreglar maletas y dejarse llevar de vacaciones a donde pudiéramos llevarlos sin importar el cansancio físico o el equipo necesario para su mejor movilidad. Mami siempre fue amante de la aventura.

Le sobreviven su esposo por 62 años Mario Ugarte y sus 8 hijos Beatriz, Rocio, Araceli, Alfredo, Marisela, Edith, Victor y Tania. Sus yernos Delfino, Adolfo, Paco, Keith Jim y Eddie. Sus nueras Angie, Ángela y Shelley. Nietos, Armando, Carlos, Cynthia, Kathia, Gary, Jorge, Axel, Allan, Denise, Valeria, Diego, Amy, Abrille, Ana, Seth, Evelyn, Alexa, Isabella y Sabrina. También sus bisnietos Rodrigo, Sofia, Noelle, Christian e Issac.

Por ahora, ella se reencuentra al lado de su amado hijo Gustavo quien seguramente la recibió con mucho amor al otro lado del puente junto con Dios y también con sus seres queridos que se adelantaron en el camino.

Mami Reyna no nos deja un vacío, nos deja un espacio para llenarlo de mucho amor y memorias hermosas.

Descansa en paz por fin, amada madre.

Our beloved, Reynalda Hernandez de Ugarte, left her earthly body on May 5, 2020, on an uncommonly peaceful spring afternoon in Dallas,Texas, to begin her journey to a heavenly abode, the House of our Father.

Mami Reyna, as she was called by her entire family, was born in Zempoala, Hidalgo, Mexico on March 22, 1935. As a young woman with many hopes, she traveled to Mexico City where she worked at an early age, always being an example of rectitude and commitment to her work.

In the mid-1950, she met the love of her life, Mario Ugarte, with whom she would marry 4 years later and with whom she would have the 9 children who become the great engine of her life.

There was no greater joy for Mami Reyna than having all her children gathered anywhere, no matter the time or place. As a young mother, she welcomed all her children on Sunday mornings to the comfort of her bed where she was covered, distributing her warmth to the children who first came to snuggle with her, late arrivals experiencing envy . A good taco was enough to celebrate any moment of life, at any time and day of the week. Mami Reyna showed her immense love through her delicious food on

Christmases, New Years, Birthdays, Mother's Day, Father's Day, any holiday… for Mami Reyna, everything was cause for celebration and the pretext for all her family to be together. With husband, children, sons-in-law, daughters-in-law and grandchildren, we created instant parties.

Our mother always had wise advice for anyone who asked for it, with common sense and honesty always ahead. We are so grateful for the freedom that she gave all of her children to do with our lives what we like the most. She was always respectful of our free will and decisions, however crazy and misguided we might be. When setbacks were experienced, Mami was always there without words, but with open arms to brush off the dirt, cleanse the wounds and help us back to our feet. She was always our number one fan and supporter.

The greatest lesson left to those who knew her and had the honor and fortune of being her children or friend was the enormous commitment of being a good mother and the moral principles to manage ourselves in life with rectitude. But above all things, we experienced her Unconditional Love.

In recent years, she had a great fondness for making jewelry, as well as living and having fun in afternoon sessions with her daughters painting on canvas. Mami Reyna, along with our father, was always ready to pack suitcases and let themselves go on vacation to wherever we could take them, regardless of physical fatigue or the equipment necessary for their best mobility. Mami was always an adventure lover.

She is survived by her husband Mario Ugarte and their 8 children Beatriz, Rocio, Araceli, Alfredo, Marisela, Edith, Victor and Tania, her sons-in-law Delfino, Adolfo, Paco, Keith, Jim and Eddie, her daughters-in-law Angie and Shelley, her grandchildren Nietos, Armando, Carlos, Cynthia, Kathia, Gary, Jorge, Axel, Allan, Denise, Valerie, Diego, Amy, Abrille, Ana, Seth, Evelyn, Alexa, Isabella and Sabrina and her great-grandchildren Rodrigo, Sofia, Christian and Issac.

She is preceded in death and reunited with her beloved son Gustavo, who surely received her with a lot of love on the other side of the bridge, together with God and with other loved ones who also traveled before her.

Mami Reyna does not leave within us a void but a space to filled with love and beautiful memories.

Rest in peace beloved mother.