

Maria De La Luz Ramos Herrera, age 75, of Monterey Park, California passed away on Sunday, April 30, 2023. Maria was born in la Colonia Hidalgo Durango, Mexico on January 26, 1948 to Ramon Ramos Vazquez and Hipolita Aguirre. Her siblings were Juventina, Maria, Celia, Ramon, Margarita (Mague), Nabor, Paulina (Mina) and Juan Manuel (Mel). She married Placido Herrera Contreras and had four children- Luis, Sonia, Rene and Hector Herrera.
She is survived by her loving family, four children who knew her as, "Mami" and "Ama", ten grandchildren who called her "abuela", one son-in-law, two daughter-in-law’s and one great-grandchild. Maria de la Luz always prioritized her family above all and created footprints of this by always being present, loving and attentive. She truly was the light "la Luz" of our lives. She brightened our lives with her witty humor, her words of wisdom and her contagious smile. Doña Luz, as some of you knew her, had many friends because she would stir up a conversation with anyone, anywhere. While she may no longer be physically with us, the memories we created together will. Her wish for us was to continue our lives and live for and with each other. May the lord keep her and may she now find herself dancing away with her sisters, her brother, her parents, and her husband in the glory and presence of God.
María De La Luz Ramos Herrera, de 75 años, de Monterey Park, California falleció el domingo 30 de abril de 2023. María nació en la Colonia Hidalgo Durango, México el 26 de enero de 1948. Sus padres son Ramón Ramos Vázquez e Hipólita Aguirre. Sus hermanos fueron Juventina, María, Celia, Ramón, Margarita (Mague), Nabor, Paulina (Mina) y Juan Manuel (Mel). Se casó con Plácido Herrera Contreras y tuvo cuatro hijos: Luis, Sonia, René y Héctor Herrera.
Le sobreviven su amada familia, cuatro hijos. quienes la conocían como, "Mami" y "Ama", diez nietos que la llamaban "abuela", un yerno, dos nueras y un bisnieto. María de la Luz siempre priorizó a su familia por encima de todo y dejó huellas de esta al estar siempre presente, cariñosa y atenta. Ella en verdad fue la Luz de nuestras vidas. Ella iluminó nuestras vidas con su ingenioso humor, sus sabias palabras y su contagiosa sonrisa. Doña Luz, como algunos de ustedes la conocían, tenía muchos amigos porque entablaba conversación con cualquiera, en cualquier lugar. Si bien es posible que ya no esté físicamente con nosotros, los recuerdos que creamos juntos lo estarán. Su deseo para nosotros era continuar con nuestras vidas y vivir para y con los demás. Que el señor la guarde y que ahora se encuentre bailando con sus hermanas, su hermano, sus padres y su esposo en la gloria y la presencia de Dios.
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v.1.18.0