

Aldo era un esposo devoto, padre amoroso, hijo querido, hermano, tío, sobrino, padrino, primo y amigo. Le sobreviven su amada esposa, Ana Espinoza, y sus tres hijos, Aniee, Ariana y Aldo Espinoza y sus padres, Gerardo y Maria Espinoza. Aldo fue el cuarto de cinco hermanos y le sobreviven sus hermanas Laura, Corina y Odalys Espinoza. Aldo fue precedido en la muerte por su hermano, Gerardo Espinoza Jr., quien falleció el año pasado el 4 de junio de 2024.
Aldo era el corazón que unía a nuestra familia; era como el tipo de hombre cuya presencia unía naturalmente a todos a su alrededor. Tenía una forma de dar vida a cada reunión, asegurándose de que no pasara ningún momento sin risas, calidez o conexión. Cada vez que alguien estaba necesitado, nunca esperó a que se lo preguntaran; dio un paso adelante con las manos abiertas y un espíritu generoso, encontrando formas de ayudar, ya sea reunir a la familia u organizar rifas para apoyar a los demás.
A Aldo le encantaba pasar tiempo con su familia por encima de todo. Disfrutaba viendo películas, jugando con sus hijos, compartiendo risas y creando recuerdos duraderos con los que amaba. La familia lo era todo para él. Se enorgullecía de ser un proveedor, no solo para su esposa e hijos, sino para todos los que amaba, incluidos sus hermanos, padres, sobrinas y sobrinos. Aldo encarnó verdadera y sin esfuerzo lo que significaba aparecer para las personas que más importaban.
Tenía una luz inigualable a su alrededor, una que llenaba cada habitación en la que entraba. Su amor por la vida se mostró incluso en las cosas que disfrutaba, desde su Mustang y M3 hasta su Sierra y Yukon, cada uno un reflejo de su arduo trabajo y determinación.
Construyó una larga y exitosa carrera en State Farm, donde trabajó durante 14 años, creciendo a través de nueve departamentos diferentes y bajo trece supervisores diferentes. Sus colegas admiraron su dedicación, amabilidad y voluntad de ayudar a cualquiera que lo necesite.
Aldo lo era realmente todo para todos; un alma rara cuya amabilidad y fuerza dejaron una marca inolvidable en todos aquellos que tenían el privilegio de conocerlo. Aunque se ha ido de nuestra vista, su espíritu continuará guiando, inspirando y viviendo dentro de aquellos que más lo amaron.
Aldo será recordado por su amor inquebrantable, su espíritu generoso y la alegría que trajo a las vidas de quienes lo rodeaban. Su presencia será profundamente extrañada, pero nunca olvidada.
"El secreto de la vida es caer siete veces y levantarse ocho".
Aldo Yovani Espinoza was born on February 2nd, 1987, in Ignacio Allende, Durango, and sadly passed away on October 30th, 2025.
Aldo was a devoted husband, loving father, cherished son, brother, uncle, nephew, godfather, cousin, and friend. He is survived by his beloved wife, Ana Espinoza, and their three children, Aniee, Ariana, and Aldo Espinoza and his parents, Gerardo and Maria Espinoza. Aldo was the fourth of five siblings and is survived by his sisters Laura, Corina, and Odalys Espinoza. Aldo was preceded in death by his brother, Gerardo Espinoza Jr., who passed away last year on June 4th, 2024.
Aldo was the heart that held our family together; he was as the kind of man whose presence naturally united everyone around him. He had a way of bringing life to every gathering, making sure that no moment passed without laughter, warmth, or connection. Whenever someone was in need, he never waited to be asked; he stepped forward with open hands and a generous spirit, finding ways to help, whether it meant rallying the family or organizing raffles to support others.
Aldo loved spending time with his family above all else. He enjoyed watching movies, playing with his children, sharing laughs, and creating lasting memories with those he loved. Family was everything to him. He took pride in being a provider, not just for his wife and children, but for everyone he loved including his siblings, parents, nieces, and nephews. Aldo truly and effortlessly embodied what it meant to show up for the people who mattered most.
He had an unmatched light about him, one that filled every room he entered. His love for life showed even in the things he enjoyed- from his Mustang and M3 to his Sierra and Yukon - each a reflection of his hard work and determination.
He built a long and successful career at State Farm, where he worked for 14 years, growing through nine different departments and under thirteen different supervisors. His colleagues admired his dedication, kindness, and willingness to help anyone in need.
Aldo was truly everything to everybody; a rare soul whose kindness and strength left an unforgettable mark on all those who were privileged enough to know him. Though he is gone from our sight, his spirit will continue to guide, inspire, and live within those who loved him most.
Aldo will be remembered for his unwavering love, his generous spirit, and the joy he brought into the lives of those around him. His presence will be deeply missed but never forgotten.
“The secret to life is to fall seven times and to get up eight.”
Partager l'avis de décèsPARTAGER
v.1.18.0