una flor sobre su tumba se
marchita; Una oración por
su alma la recibe Dios.
No lloréis, voy a unirme al Señor
a esperarlos en la gloria;
muero pero mi amor no muere,
os amare en el cielo
como os he querido en la tierra.
Ni lágrimas ni flores a mi tumba
llevéis, que en la vida todo acaba,
llevad ante el Creador vuestra oración