Pedro Ismael Ruíz León

Pedro Ismael Ruiz Leon nació el 1 de mayo de 1934. Durante toda su vida cultivó un amor sincero por la música, encontrando en la guitarra una vía para expresarse, reconectar con sus emociones y compartir alegría con quienes le rodeaban. 🎸 Su guitarra no solo era un instrumento, era su voz, su refugio y su puente con los demás. En cada acorde compartía alegría, consuelo y esperanza, contagiando entusiasmo a familiares y amigos. Su legado se expresa en los valores que él vivió y que ahora sus seres queridos transmiten.

A su costado estuvo su fiel y devota esposa, Margarita "CUQUI", quien ha compartido con él el amor, la fe y la música. Hoy, su presencia se suma a la profunda sensación de pérdida: Margarita lo extraña con todo su corazón y el eco de su risa y sus cuerdas aún resuena en su vida cotidiana. Su fe fue siempre una luz guía en su vida. Hombre de valores sólidos, Pedro construyó su camino con integridad, honestidad y amor al prójimo. Su espiritualidad no fue un acto aislado, sino una forma constante de vivir: servía y cuidaba a los demás con humildad y entrega.

“Con mucho cariño compartimos un homenaje ampliado que reúne dos tributos familiares"

Con amor y gratitud recordamos a nuestro querido padre, quien en vida fue un hombre dedicado, cariñoso y un verdadero pilar para nuestra familia. Estuvo casado por más de 50 años con nuestra madre, Pura Hernández (Q.E.P.D.), con quien compartió una vida de compromiso, amor y legado familiar.

Le sobreviven sus cuatro hijos: Lourdes, Teresa, Ismael y Joseph, quienes llevamos en el corazón todo lo que nos enseñó. También le sobreviven sus seis nietos: Julio Iván Tirado, Christina Rodríguez, William Rodríguez, Raelys de Jesús, Joseph Ruiz Jr. y Jonathan Ruiz. Papi fue bendecido además con tres bisnietas: Giuliana Tirado y Paula Ruiz y Eliarys Isabelle Cardec.

A las que se unen con cariño; sus dos yernas: Jannette Pérez y Gisela Ortiz; así como su yerno William Rodríguez, quienes forman parte fundamental de esta familia que nuestro padre amó profundamente.

Papi fue un fiel amante del béisbol, especialmente del equipo de los Yankees de Nueva York y los Criollos de Caguas. A través de su ejemplo y entusiasmo, nos transmitió el amor por la música puertorriqueña —en especial las tradicionales trullas navideñas— dejando en nosotros ese legado musical, cultural y deportivo tan nuestro. También nos inculcó la fe cristiana dentro de la Iglesia Católica, enseñándonos a valorar la espiritualidad y el compromiso con Dios.

Nuestro padre fue un hombre entregado, que siempre se aseguró de darnos lo esencial para que pudiéramos construir nuestras vidas y salir adelante. Su dedicación, ejemplo y amor vivirán para siempre en nosotros.

El martes 29 de julio de 2025, nuestros corazones se llenarán de emoción al recordar su última Misa en la Parroquia Santísimo Sacramento ese día, acompañado por sus queridos amigos y familiares, será un momento de profunda espiritualidad y fraternidad.

Como el diría,

“Gracias por acompañarme en este momento en paz y oración. Aquí me siento más cerca de Dios y de ustedes, que son mi familia.”

Ese instante refleja su devoción constante, su alegría al reunirse con quienes amó y su fe sincera dentro de la Iglesia Católica.

Siempre lo recordaremos con cariño y respeto. Que Dios lo tenga en su gloria.

Falleció el 24 de julio de 2025, dejando un legado de ternura, devoción y melodías que resonarán en el recuerdo de su familia y amigos.

Descansa en Paz.