Carmina fue una mujer llena de vida y energía, con una gran pasión por la Zumba, la cocina y el baile. Siempre encontraba maneras de ayudar a los demás y era conocida por su espíritu generoso y alegre. Disfrutaba pasar tiempo con su familia y amigos, quienes eran el centro de su mundo.
Le sobreviven su madre, sus cuatro hijos, siete nietos, sus hermanos y hermanas, así como numerosos familiares y amigos que la amaron profundamente y que guardarán por siempre su recuerdo en el corazón. Su legado de amor, alegría y servicio perdurará en todos aquellos que tuvieron el privilegio de conocerla.