María era una persona cariñosa que vivía para su familia. Disfrutaba caminando, tejiendo y cocinando. Su mayor placer era pasar tiempo con sus seres queridos y cuidar de sus nietos.
Le sobreviven su esposo, Javier Aquino, sus hijos, Jairo Encinas y José González, y su hija, Teresa Aquino. María también deja a sus tres queridos nietos.
La presencia de María será profundamente extrañada por todos quienes la conocieron y amaron.