Dina nació en el seno de una familia llena de amor, hija de Manuel Alberto Ramos y Graciela del Tránsito Calderón. Fue una mujer alegre, carismática y de espíritu generoso. Su naturaleza extrovertida iluminaba cualquier lugar, y su pasión por la cocina era una expresión constante de cariño hacia quienes la rodeaban.
Devota de su fe católica, Dina vivió cada día con gratitud, entrega y esperanza. Su fortaleza espiritual fue una guía para su familia y un ejemplo para todos quienes tuvieron el privilegio de conocerla.
Le sobrevive su amado esposo, Elías Morán, quien la recuerda con un amor profundo e inquebrantable.
Dina deja un vacío inmenso en el corazón de su familia y amigos, quienes la extrañarán eternamente y honrarán su memoria con cariño y gratitud.
Que descanse en la paz del Señor.