Flora Cristina Guzman Martinez

Flora Cristina Guzmán Martínez nació el 27 de octubre de 1968 en Mexicali, Baja California. Ella era orgullosamente cachanilla. Familiares y amigo/as la conocían como Cristi o simplemente Cristina. Ella desde muy pequeña aprendió a luchar. De chiquita ella llegó a trabajar en el campo, recogiendo algodón. Cuando sus hermanos eran chicos ella les ayudaba con sus tareas y siempre fue una hija ejemplar. Cristina adoraba a su mamá Teresa Rivera y se enorgulleció cuando hablaba de ella.

A los 16 años Cristina emigró de Mexicali a Tijuana para encontrar trabajo y ayudar a su familia. Ella trabajó en una factoría, después una tortillería, y al final en una tienda de autopartes de carros. En Tijuana Cristina conoció a su esposo Antonio Guzmán, ellos llevaban 27 años de casados. Cuando Cristina y su esposo tuvieron su primera hija Reyna Lizzeth decidieron emigrar a los estados unidos para poder darle acceso a una educación universitaria a su hija. Lo cual logró al crecer. Al llegar a los Estados Unidos Cristina, su esposo, y su hija se establecieron en la pequeña comunidad de Cypress Park en Los Angeles, CA. Pronto después Cristina y su esposo tuvieron 2 hijas más, Nayeli y Cristina.

Como mamá Cristina fue más que excepcional. Ella jugaba siempre con sus hijas, estaba al pendiente de cualquier junta en la escuela, y las apoyaba con todo. Siempre fue como una amiga para ellas. Cristina llenaba su hogar con amor y siempre les recordaba que lo material no era importante, el estar unidos era más importante. Unos años después Cristina y su esposo tuvieron a su hijo menor, Antonio. Como su bebe ella siempre lo trato igual que sus hijas y lo apoyaba en todo y educó con mucho amor.

Cristina fue muy amada por su esposo, sus hijas, su hijo, y su nieta Aria. Ella era el corazón y el pegamento de su familia. Al igual ella fue muy querida por otros familiares y muchos amigo/as. Cristina fue una persona sonriente, cariñosa, sabía, sincera, comprensiva, ayudante, compasiva, fuerte, e irremplazable. No hay las suficientes palabras positivas para expresar el impacto que ella tuvo en las personas que la conocían. Cristina nos dejó muy tristes porque se nos fue físicamente el 19 de septiembre del 2020, pero seguiremos honrando su vida. Ella vivirá como una guerrera en nuestros corazones siempre. Qué en paz descanse y dios la tenga en su gloria.