Con profundo pesar anunciamos el fallecimiento de una mujer extraordinaria, cuya fortaleza, carácter firme y voluntad inquebrantable dejaron una huella imborrable en todos quienes tuvieron el privilegio de conocerla. De presencia imponente y espíritu de autoridad, fue al mismo tiempo un corazón generoso totalmente dedicado a su familia, a quienes amó con una entrega absoluta.
Amaba el color rojo, símbolo perfecto de su energía y pasión por la vida. Le encantaba cantar y bailar, y en cada nota y cada paso irradiaba alegría. Sin embargo, su verdadera pasión siempre fue la cocina: preparar alimentos para su familia era su manera más auténtica de demostrar amor.
Su legado perdura en su numerosa y querida familia. Le sobreviven sus cinco hijos, doce nietos y dieciocho bisnietos, quienes llevan consigo sus enseñanzas, su fuerza y el amor inmenso que ella sembró.
Quienes la conocieron la amaron profundamente y recordarán para siempre su espíritu vibrante, su dedicación incondicional y la luz que dejó en este mundo.
Descanse en paz Gloria Ruiz.