presente en el Sagrado Sacramento,
siempre lleno de amor ardiante hacia las
pobres almas cautivas en el Purgatorio, ten
piedad del alma de tu siervo, que ha falledico.
No seas muy severo al juzgale, mas déjà que
algunas gotas de tu Preciosa Sangre caigan
sobre las llamas devoradoras y envia tus
Angeles, Oh Salvador Misericordioso, para
que lo conduzcan a un lugar de descanco y
paz eternal. Amen