Rodeada de aves y animalitos curiosos, lleva una vida apacible, recordando las buenas épocas de Santa Ana. "Fijese que una gallina india, grande, cholotona, costaba 4 ó 5 pesos... comía sabroso toda la familia", afirma.
Actualmente, vende pericos australianos, chiltotas, canarios, palomas, gallos finos de pelea y una larga lista de etcéteras. ¿Los más caros? Los jilgueros de siete colores, que pueden valer hasta 200 ó 250 colones.
Según la niña Chaba, una de las mayores satisfacciones proporcionadas por su negocio es que le ha dado felicidad, ciertas comodidades y muchos amigos; además, "con él he podido mantener a mis hijos y darles educación", agrega.
A sus 73 años, ha procreado siete hijos, ha sido abuela en 33 ocasiones y ya tiene quince bisnietos.