Hoy rendimos homenaje a un hombre ejemplar, cuya vida fue sinónimo de amor, entrega y alegria. Rogelio Cruz López no fue solo un padre amoroso, un abuelo orgulloso, un esposo y un amigo leal: fue el corazón de su familia y el alma de cada encuentro.
Apasionado del fútbol y su estilo de jugar era único, hacia vibrar de alegría ver sus goles de cualquier tipo ya sea con el pie, de cabeza, de chilena etc……cada jugada que el hacia en cada partido era una entrega total, esa pasión no solo era como jugador también lo fue como entrenador.
Tenía una forma de disfrutar los momentos que contagiaba a todos los que lo rodeaban.
Amante de la música tranquila, Rogelio encontraba en las melodías suaves como un refugio y una inspiración. Siempre tenía la canción perfecta para el momento ideal, y su gusto musical era tan sereno como su espíritu.
Como anfitrion, nadie era igual, hacía sentir a cada invitado como en su casa.
Su conversación y su sonrisa eran testigos de una generosidad inigualable, de esas que nacen del alma.
Rogelio fue un hombre que vivió con valores, que dejó huella en cada vida que toco y cuyo legado permanece vivo en la memoria y el corazón de quienes lo amaron…..Así que Rogelio no muere porque seguirá viviendo en nuestras memorias y corazones.
Su ejemplo nos enseña que la grandeza no se mide en lo material, sino en la forma en que uno ama, comparte y deja recuerdos imborrables.
Gracias, Rogelio, por tu vida, por tu ejemplo y por todo lo que fuiste.
Te recordaremos siempre con amor, con gratitud y con la certeza de que fuste, sin duda, un gran hombre.
- De toda tu familia.
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