María de Jesús Ulloa Hernández
María de Jesús “Chuyita” Hernández nació el 6 de Agosto del 1932 en Tlacuitapa, Jalisco. Sus padres fueron Camilo Hernández y Cuca Rea Hernández. Ella fue 1 de 6 hermanos. 3 hermanos y 3 hermanas, fue la más chiqueada por ser la menor de las hijas.
La mamá de Chuyita conocía a María Lorenza Franco, la mamá de Rafael Franco Ulloa. Cuenta la historia que las dos mamas estaban embarazadas al mismo tiempo y que ellas predijeron que cuando sus hijos nacieran, si eran niño y niña, se casarían cuando crecieran. Y con el tiempo sus predicciones si hicieron realidad.
Al paso del tiempo, en el año 1948, Rafael y Chuyita se hicieron novios a los 16 años. Fueron 4 años de noviazgo, en el año 1952 se casaron y comenzaron su vida de matrimonio en Tlacuitapa, Jalisco, alli nacieron los 6 primeros de sus 9 hijos: María, Salvador, Mariana, Rafael, Carlos y Perfecta. Pasaron unos años y en el año 1965 decidieron moverse a la ciudad de Leon, Gto donde se establecieron y recibieron a sus 3 siguientes hijos: Francisco, Jaime y finalmente Octavio.
En esos tiempos en León, Rafael se venía a los Estados Unidos a trabajar para proveer para su familia mientras tanto Chuyita nunca se esperaba a que llegara el cheque para poder mantener a sus hijos, siempre fue muy trabajadora. Chuyita vendía gelatinas, raspados, lonches y licuados con la ayuda de sus hijos para también poder mantener y sacar adelante a su familia, mientras su esposo no estaba.
En el año 1981, Rafael y Chuyita decidieron moverse a Estados Unidos a donde unos de sus hijos ya se habían ido y se establecieron en San José, California. Siendo la trabajadora que era, Dona Chuy trabajo en un centro de convalecientes y en la pulga para siempre tener sus “centavitos” para que nunca faltara nada en su casa.
A través de su vida, Chuyita siempre fue y será conocida como una señora trabajadora y luchona con mucho gusto por la vida. Tuvo la dicha de tener 17 nietos, muchas amistades y familiares que la querían mucho.
Por más de 15años Aunque que tuvo que hacer tratamiento de diálisis nunca se dio por vencida, para ella lo más importante siempre fue estar con su familia y disfrutar de su vida lo más que se podía, si esto implicaba cambiar un día de su tratamiento o levantarse más temprano para dejar su tarde libre y estar con su familia, lo hacía sin ninguna queja.
Su determinación y dedicación fue incomparable, cualidades que la hacían única, son esas cualidades, virtudes, ejemplos y enseñanzas lo que más vamos a extrañar todos los que formamos parte de su vida. Descanse en paz… Chuyita.
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v.1.8.18