

Anastacia Morales Mangual no fue la excepción. Fue amada, fue una buena amiga y un ser especial. La familia y los amigos que la conocieron, recordarán a Doña Ana, como una persona excepcional. El viaje de su vida comenzó en el pueblo de Trujillo Alto, donde nació el 25 de diciembre de 1932; hija de José Morales y Belé Mangual. Fue parte de una familia numerosa, contando con 12 hermanos.
Contrajo matrimonio con Antonio Roque Delgado, con quien compartió su vida durante 43 años. Establecieron primero su residencia en Río Piedras y luego se mudaron a Saint Just, donde Doña Ana vivió los últimos 40 años. Tuvieron dos hijas; Maruzella y Milagros. Milagros le dió la alegría de tener cinco nietos y cinco bisnietos. Le gustaba mucho la música del ayer y tenía como mascota un gato, al que llamaba Misu.
A Anastacia le encantaba cocinar e hizo de esta pasión su labor de vida, al tener su propia cafetería, en la cual trabajó hasta el 1999. Sus especialidades eran el Dulce de Lechosa y el Pavo Deshuesado. Su casa siempre estaba llena de gente, porque le encantaba darle de comer a todo el mundo. Su cocina era exquisita en todos los ámbitos. Sus remedios caseros ayudaban a todo el mundo. Le encantaba sembrar y admirar lo que la naturaleza le ofrecía. Lo de ella era de todo el mundo. Le gustaba tener su casa llena con sus familiares y amigos. Para los más pequeñitos, sus bisnietos, era "Mami-guelin", que siempre tenía dulcesitos para ellos.
Ésta es la vida de Doña Ana, la suma de la mujer en que ella se convirtió. Fue una buena madre y esposa, excelente abuela, y bisabuela, siempre pro-familia. Siempre será recordada por su familia y amigos como alguien que era una parte vital de sus vidas y que deja detrás de ella una herencia de amistades y muchas memorias atesoradas.
Descanse en Paz
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v.1.18.0