Axel fue un ser lleno de luz: un hijo amado, hermano devoto, primo, sobrino y un amigo entrañable. Su sonrisa cálida, su espíritu bondadoso y su capacidad para animar a los demás dejaron una huella imborrable en todos los que lo conocieron.
Desde los cuatro años, Axel enfrentó con valentía un diagnóstico de insuficiencia renal. En 2005, también fue diagnosticado con un tumor cerebral, otra dura batalla que superó con una fuerza admirable. En 2010, recibió un trasplante de riñón que le brindó una nueva oportunidad de vida. En 2024, ese riñón comenzó a fallar nuevamente. Axel luchó con fortaleza, incluso después de pasar nueve días en coma, esperando otro trasplante. Su cuerpo ya no pudo seguir, pero su espíritu jamás dejó de brillar.
Como donador de órganos, Axel continúa tocando vidas, dejando un legado de amor, generosidad y esperanza. Su ausencia deja un vacío profundo, pero su memoria vivirá para siempre en el corazón de quienes lo amaron, y en las vidas que ayudó a salvar gracias al regalo de la donación de órganos.
Hoy lo recordamos con gratitud por todo lo que compartió con nosotros. Su memoria vivirá por siempre en nuestros corazones.
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