Agradezco a Dios por haberme dado la dicha de tenerte en mi vida por 9 años, que para mí fueron y serán los mejores años de mi vida.
Es difícil la despedida que Dios me ha puesto a mí y a mi familia, pero la acepto porque sé que Dios siempre estará con nosotros para darnos esa fortaleza que necesitamos para sanar nuestros corazones y las heridas que nos dejaste al partir.
Sé que algún día nos hemos de encontrar en ese lugar maravilloso que ahora tú te encuentras y yo estaré ansiosa y preparada para ese momento.
Dios te bendiga mi amor.
Te ama tu mamá, papá, hermano, toda tu familia y amigos.