Maria Elena Lizarraga

Maria Elena Lizarraga Gallardo passed away peacefully on June 19, 2025, after a courageous battle with Lewy Body Dementia. Her passing leaves a deep void in the hearts of all who had the privilege of knowing and loving her.

Maria Elena was born in El Limón, Jalisco, Mexico, to her beloved parents Pablo Gallardo Santana and Eufracia Velasquez Luquín. With their values of love, generosity, and family deeply rooted in her, she carried those qualities throughout her life.

After moving to the United States, Maria Elena settled in South Gate, California, where she lovingly raised her children. Later in life, she made her home in Downey, California, continuing to surround her family with care, warmth, and delicious home-cooked meals.

Maria Elena will be remembered as an incredibly generous, compassionate, and nurturing woman. She was a devoted wife, a loving mother, a proud grandmother, a caring sister and aunt, and a dear friend to many. She touched countless lives with her kindness and her unwavering support.

She was affectionately known as “Nana” by her grandchildren, a name that perfectly captured the warmth, comfort, and unconditional love she gave so freely. Beyond her own children and grandchildren, she also helped raise and deeply loved Josh Lara, Advian Lara, and Robert Robles—each of whom held a special place in her heart.

Her kitchen was a place of comfort, joy, and unforgettable flavors. Maria Elena had a true gift for cooking, and her savory, homemade meals brought people together and created lasting memories that will forever be treasured by all who were lucky enough to share in them.

Maria Elena is survived by her devoted husband, Carlos E. Lizarraga; her loving children, Carlos Lizarraga, Norma Espino, Leticia Lizarraga, Omar Lizarraga, and Jesus Lizarraga; and her cherished grandchildren Isabel Lizarraga, Andrew Lizarraga, Sebastian Espino, Samuel Espino, Carlos Lizarraga, Andres Lizarraga, Matthew Villa, and Mia Chicojay.

Her legacy of love, faith, and family will continue to live on in every life she touched. Maria Elena was truly one of a kind, and her spirit will forever remain in the hearts of those who knew and loved her.

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En Memoria de María Elena Lizárraga Gallardo

María Elena Lizárraga Gallardo falleció en paz el 19 de junio de 2025, después de una valiente lucha contra la demencia con cuerpos de Lewy. Su partida deja un profundo vacío en los corazones de todos los que tuvieron el privilegio de conocerla y amarla.

María Elena nació en El Limón, Jalisco, México, hija de sus queridos padres Pablo Gallardo Santana y Eufracia Velásquez Luquín. Desde temprana edad, fue guiada por los valores de amor, generosidad y familia que siempre la caracterizaron.

Después de emigrar a los Estados Unidos, María Elena se estableció en la ciudad de South Gate, California, donde dedicó su vida a criar con amor a sus hijos. Más adelante, se mudó a Downey, California, continuando siempre rodeada del cariño de su familia y del calor de su hogar.

María Elena será recordada como una mujer profundamente generosa, compasiva y llena de ternura. Fue una esposa devota, una madre amorosa, una orgullosa abuela, una hermana y tía dedicada, y una amiga incondicional. Tocó innumerables vidas con su bondad y su entrega constante.

Sus nietos la llamaban con cariño “Nana”, un nombre que reflejaba perfectamente el amor, la calidez y el consuelo que ella ofrecía con tanta naturalidad. Además de criar a sus propios hijos y nietos, también ayudó a criar y amó profundamente a Josh Lara, Advian Lara y Robert Robles, quienes siempre ocuparon un lugar muy especial en su corazón.

Su cocina era un espacio de amor, alegría y sabores inolvidables. María Elena tenía un don especial para la cocina, y sus comidas caseras y sabrosas unían a la familia y creaban recuerdos que serán atesorados por siempre por todos los que tuvieron la dicha de sentarse a su mesa.

María Elena deja tras de sí a su amado esposo, Carlos E. Lizárraga; a sus queridos hijos Carlos Lizárraga, Norma Espino, Leticia Lizarraga, Omar Lizárraga y Jesús Lizárraga; y a sus adorados nietos Isabel Lizárraga, Andrew Lizárraga, Sebastián Espino, Samuel Espino, Carlos Lizárraga, Andrés Lizárraga, Matthew Villa y Mia Chicojay.

Su legado de amor, fe y unidad familiar vivirá eternamente en cada persona que fue tocada por su presencia. María Elena fue, sin duda, un ser excepcional, y su espíritu vivirá por siempre en los corazones de quienes la conocieron y amaron.