

María Elena Manzano Rojas nace un 28 de marzo de 1947 en la ciudad de San Miguel, El Salvador. Segunda hija de José Rogelio Manzano y María Elena Rojas de Manzano, fue conocida desde pequeña por Nena, por sus grandes y expresivos ojos marrones, su energía, perspicacia, imaginación y buen humor, quien junto a sus hermanos Aurora, Lila y Remberto gozaron una feliz niñez.
En San Miguel estudia en la Escuela de Niñas Santa Sofía y su vocación de servicio la lleva a estudiar para Maestra en la Escuela Normal Francisco Gavidia. Con tan solo 18 años, acepta el reto de enseñar a niños de áreas rurales donde tenía que caminar grandes distancias y donde no había caminos o en otras ocasiones debía subir a una yegua para cruzar crecidos ríos. Como una buena hija de familia, don Chepe Manzano, su padre, hizo que fuera acompañada por su madre, siendo así que las dos Elenas se trasladaron al Departamento de La Unión para recorrer varios Cantones. En una de esas escuelas, la bella y alegre migueleña dejó prendado al Director, Luis Adán Serrano, un joven y guapo maestro proveniente de Concepción de Oriente, con quien contrajo matrimonio en el año 1967 y luego se radicaron en Usulután, ciudad donde nacieron sus dos primeras hijas Mayra Cristela y Claudia Lorena, y luego, al ser trasladados a trabajar a San Miguel en 1973 nace la tremenda Nuria Carolina.
La situación de los años 80´s en El Salvador hace que Nena y Luis busquen nuevos horizontes en la ciudad de Houston, Estados Unidos, donde afrontaron mucho trabajo, pero fueron muy felices, y en 1983 nace Nancy Janeth, su cuarta hija. En ese país enviuda en el año 1986. Como mujer valiente y luchadora, se dedicó a llevar paquetes de encomiendas a El Salvador, encontrando la manera de viajar todos los meses y estar una semana con sus cuatro hijas que quedaban al cuidado de su madre y luego regresar a trabajar a Houston, Texas. Así sacó adelante a su familia, con la ayuda de Dios.
A los diez años de viudez, contrae matrimonio con un buen hombre, Dwayne Johnson, a quien le transmitió nuevamente la alegría de vivir; Nancy regresa a vivir con su madre al país donde nació, y el negocio de encomiendas finaliza. Años después, lastimosamente Dwayne no sobrevive a una operación de corazón, y al año, su hermano Durelgene Johnson, atraído por el encanto y belleza latina de Nena, le pide que compartan su vida juntos, contraen matrimonio y Nena cuida de él con amor hasta su muerte a raíz de sus múltiples enfermedades. Nena continuó el negocio inmobiliario que poco a poco emprendió, donde a la par de sus trabajadores pegaba pisos, demolía y construía paredes y disfrutaba con pasión y esfuerzo el remodelar y mejorar esas casas.
Para este momento Nena ya disfrutaba de sus hijas Claudia Lorena y Nuria Carolina y sus nietos, quienes al igual que Nancy vivían cerca de ella en Houston. A la vez que visitaba continuamente en El Salvador a su hija Mayrita y su familia, a su hermano Remberto y a su madre, la niña Elena, que vivió hasta los 100 años, por quien veló con amor y generosidad para que nada le faltase.
¿Cómo era posible que Nena, una mujer llena de fe, admirable, luchadora, gentil, educada, tan llena de virtudes y adornada de esa extraordinaria belleza no atrajera al amor nuevamente? Esta vez fue Rodolfo Navarrete el privilegiado, quien deja su país Canadá para casarse con ella, porque juntos se complementaron, disfrutaron la vida, el amor, se cuidaron y vivieron felices… hasta el final.
Así fue María Elena Johnson, quien deja un gran legado en todos aquellos que la conocieron y amaron y que su esposo, sus hijas, yernos, nietos, hermanos y demás familia no dejaremos de recordar.
¡¡Vive para siempre Nena!!
03/28/1947 - 09/17/2023
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v.1.18.0