Daniel Alvarez Felix

A visitation for Daniel will be held Wednesday, August 27, 2025 from 2:00 PM to 10:00 AM at Funeraria Del Angel Pico Rivera, 9107 East Washington Blvd, Pico Rivera, CA 90660.

Daniel Álvarez Félix, amado esposo, padre, abuelo y bisabuelo, falleció en paz el 17 de agosto de 2025 en Downey, California, a la edad de 80 años. Nació el 24 de noviembre de 1944 en Michoacán, México, hijo de Florinda y David Álvarez, en el seno de una familia amorosa.

Daniel fue un esposo devoto de la fallecida Josefina Álvarez y un orgulloso padre de sus hijos: Janely, Josefina, Linda, Heidi, Martha, Mario y Liz. Fue bendecido con numerosos nietos — Sophia, Jerardo, Joell, Jamileth, Ángel, Clarisa, Anthony, Natalia, Miracle, Destiny, Dominick, Damien, Josephine, Jessi, Giselle, Brian, Lindsay, Kayla, Melanie, Andy, Alexis, Jazzmin, Mario Andrés, Amber y Aaron — y adoró a sus bisnietos: Marcus, Arielle, Noah y Heaven.

Un hombre de gran corazón, Daniel siempre tuvo espacio para muchos nietos, y abrazó a cada uno con amor, paciencia y alegría. Fue un padre y abuelo ejemplar que superó cada reto que la vida le presentó y aun así disfrutó la vida al máximo. Su familia fue el centro de su mundo y atesoró cada momento juntos.

Los miércoles eran especiales para Daniel: eran días de cena familiar, en los que cocinaba para todos y llenaba el hogar con el calor de su amor. Mostraba su cariño a través de las comidas que preparaba, creando no solo platillos deliciosos, sino también recuerdos inolvidables alrededor de la mesa.

Un talentoso chef de profesión, Daniel compartió su don de la cocina con familiares y amigos, uniendo corazones con cada comida. Fuera de la cocina, disfrutaba coleccionar monedas y autos, y nunca perdía la oportunidad de ver un buen partido de fútbol.

Daniel fue un hombre de fe, criado en la Iglesia Católica, y mantuvo sus creencias a lo largo de su vida. Su familia encuentra consuelo en saber que ahora está reunido en el paraíso con su amada esposa Josefina, descansando en el abrazo eterno de Dios.

El legado de Daniel vive en el amor que sembró en su familia y en los valores que les dejó. Nos enseñó a vivir con compasión, reír con frecuencia y atesorar cada momento.

Será profundamente extrañado por todos los que lo conocieron y amaron, pero su memoria vivirá para siempre en nuestros corazones.