Nacido en 1953 en el Distrito Federal, México, Antonio vivió una vida plena y significativa, basada en el amor, el trabajo duro y la familia. Trabajó como un dedicado representante de ventas durante más de 50 años, ganándose el respeto de colegas y clientes por igual gracias a su profesionalismo, integridad y compromiso.
A Antonio le sobreviven su amada esposa, sus hijos, sus queridos nietos y sus hermanos. Será recordado no solo por su incansable ética de trabajo, sino también por su calidez, generosidad y el profundo cariño que sentía por su familia.
Su legado perdura en las vidas que dejó huella y en la familia que deja atrás.